#ROBO. – En Ecuador, cada vez es más frecuente escuchar sobre el robo de armas en destacamentos y unidades de la Policía Nacional. El último caso se conoció el pasado 12 de julio, cuando 19 armas de fuego de dotación fueron sustraídas en Portoviejo.
Pero no ha sido el único. En mayo de este año, en Guayaquil, 150 armas desaparecieron dentro de las instalaciones del Cuartel Modelo. Las pistolas eran para el uso de los mismos agentes.
Sobre el hecho el ministro del Interior, Patricio Carrillo, anunció que entre las hipótesis se sospechaba de un «hurto sistemático» dentro de la misma institución. De lo que informó el Comando de la Zona 8 a este medio, la investigación aún continúa y no quisieron dar más detalles.
Es que según pudo conocer Ecuavisa.com entre 2020 y 2022 existe un claro aumento en el robo de armamento. En total, se han sustraído 246 armas de la Policía Nacional, de esos, 221 en este año, 25 en 2020 y en 2021 no se registraron eventos.
Sin controles suficientes
Es que la violencia en las calles y en las cárceles tienen un punto en común en Ecuador: las armas.
Así, para Carla Álvarez, experta en el estudio de políticas de control de armas de fuego en el país, el robo de armamento es una problemática antigua en Ecuador, de hecho, dice que es histórica, «empieza a aparecer con fuerza una vez que saldamos el problema limítrofe con Perú y empieza a ser una problemática con la frontera norte, pues muchas (armas) empezaron a traficarse hacia Colombia con destino a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)», detalla.
Carla recuerda algunos de estos hechos, como lo fue la explosión que se produjo el 8 de julio de 1997, en un polvorín del batallón Chimborazo. «Algunas personas denunciaron que los polvorines eran una fachada para el robo de armas», recuerda la especialista.
Seis años más tarde el 20 de noviembre de 2002, hubo otra explosión de un polvorín militar de Riobamba, en la Brigada Galápagos. Tras el hecho, el exasambleísta Guillermo Haro denunció que había sospechas sobre la pérdida de armamentos para ser vendidos de forma irregular.
«Ecuador no está teniendo suficientes cuidados con su armamento y esta permitiendo que se desvíe hacia la delincuencia y el crimen organizado», señala Carla Álvarez, experta en seguridad.
Así, según Álvarez los lugares donde se almacenan los arsenales no han tenido los cuidados efectivos o suficientes por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Una muestra de ello, según la experta, es que Ecuador no es signatario del Tratado del Comercio de Armas que es un tratado que se firmó en 2013, «por tanto no se ha adherido a todas las recomendaciones para que se cuide de mejor manera los arsenales policiales y para evitar el desvío de armas».
Muertes violentas
Según la información de la Policía entre los lugares donde los robos de armamento se han registrado están el Distrito Metropolitano de Guayaquil, de Quito, y en las provincias de Azuay, Manabí, Pastaza y Santa Elena.
Los tipos de armas robadas entre 2020 y 2022, constan, sobre todo, revólver y pistolas, pero también otras armas como dos carabinas, un rifle, y tres subametralladoras.